John Rick Miller (Londres)
Hace 25 años, este empresario neoyorkino era asesor del gobierno de Estados Unidos.
«En esa época, si querías subirme la presión sanguínea, sólo debías mencionar a la Iglesia Católica.»
Hoy, John se cita con mandatarios del mundo y les propone que consagren sus países a Jesús y a María. Y lejos de despacharle como a un loco… le hacen caso. ¿Cómo lo consigue?
«Todo el mundo escucha a su madre. Por eso voy con la Virgen María a todas mis citas.»
En diez años, su «Misión por el Amor de Dios en el Mundo» (www.fortheloveofgodworldwide.com) está presente en 21 países, 350 ciudades y aglutina a un millón de personas.
«La batalla entre el Demonio y Dios es real, aunque la mayoría de las personas no la perciban. En nuestros corazones sabemos cuándo hacemos algo mal, aunque digamos que está bien.»
«¿Te presento a la abogada de Dios? Se llama María.»