Adán y Eva
Dios Padre no creó el Universo para sí mismo.
Adán y Eva fueron los primeros hijos que recibieron esa gran herencia que, hoy, es nuestra.
«Todo lo mío, es tuyo.» (Lc. 15, 11)
Los planetas, las plantas, los animales, el agua… no pueden saltarse su manual de instrucciones. Nosotros sí. Dios nos ha dado un regalo exclusivo: la libertad, guiada por un G.P.S. interno que nunca nos obliga a seguir la ruta correcta. Sólo nos orienta.
«Si confías en mí sabiduría y obedeces las reglas que pongo en ti, serás feliz. Pero si tu corazón se separase de mí… serías como un árbol que renunciara a sus raíces: caerías en la tristeza, la desesperación y la muerte.»
Adán y Eva se saltaron el manual. Es nuestro turno. Ya sabemos cómo se vive sin Dios. ¿Y si probamos, ahora, con Dios?